Ricardo Andrade - El Norte
Ella no pensó engañarlo,
siempre quiso demostrarle
que sin él no podría vivir.
Se agregaban muchos años
juntos, muy acostumbrados
a creer que todo iba bien.
Pero un día, sin que imaginaran,
más difícil se hizo vivir,
y buscaron respuesta al problema,
hay otro lugar de oportunidad,
para allá me iré, y pronto vendré
por ti.
No pasaron dos semanas,
y él pronto encontró un trabajo,
todo estaba bien, decía un papel,
junto al cual ya le mandaba
lo primero que ganaba,
y ella se sintió orgullosa de él.
Y siguieron pasando los años,
y el dinero llegaba puntual,
pero también pasaba otra cosa,
con el tiempo se se acabó el amor,
sola se sintió, a otro conoció,
y esto le escribió:
Cuántas noches lloré recordando tu voz,
quién enciende el amor, si no estás,
y aunque él no es igual, me ha llenado de paz,
y aunque no lo creas, aún me siento tan mal.
Discúlpame.
Sólo queda resignarse,
nadie aquí tiene la culpa,
sólo sucedió, y algo lo forzó.
Puede ser que sea el sistema,
y a tal grado sea la fuerza
de la situación que afectó al amor,
porque si él no se hubiera marchado,
y si aquí se pudiera vivir,
todo esto no hubiera pasado,
no son los únicos, a mí me pasó,
sola se sintió, a otro conoció,
y esto me escribió...
Cuántas noches lloré recordando tu voz,
quién enciende el amor, si no estás,
y aunque él no es igual, me ha llenado de paz,
y aunque no lo creas, aún me siento tan mal.
Tantas noches lloré recordando tu voz,
quién enciende este amor, si no estás,
y aunque él no es igual, me ha llenado de paz,
y aunque no lo creas, aún me siento tan mal.
Discúlpame.