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There lived a certain man
in Russia long ago,
he was big and strong,
in his eyes a flaming glow.
Most people looked at him
with terror and with fear,
but to Moscow chicks
he was such a lovely dear.

He could preach the Bible like a preacher
full of ecstasy and fire,
but he also was the kind of teacher
women would desire.

Ra, Ra, Rasputin,
lover of the Russian queen,
there was a cat that really was gone.
Ra, Ra, Rasputin,
Russia’s greatest love machine,
it was a shame how he carried on.

He ruled the Russian land
and never mind the czar,
but the kasachok
he danced really wunderbar.
In all affairs of state
he was the man to please,
but he was real great
when he had a girl to squeeze.

For the queen he was no wheeler dealer,
though she’d heard the things he’d done,
she believed he was a holy healer
who would heal her son.

Ra, Ra, Rasputin,
lover of the Russian queen,
there was a cat that really was gone.
Ra, Ra, Rasputin,
Russia’s greatest love machine,
it was a shame how he carried on.

But when his drinking, and lusting,
and his hunger for power,
became known to more and more people,
the demands to do something
about this outrageous man
became louder and louder.

'This man’s just got to go!'
declared his enemies,
but the ladies begged
'don’t you try to do it, please'.
No doubt this Rasputin
had lots of hidden charms,
though he was a brute,
they just fell into his arms.

Then one night some men of higher standing
set a trap, they’re not to blame,
'come to visit us' they kept demanding,
and he really came.

Ra, Ra, Rasputin,
lover of the Russian queen,
they put some poison into his wine.
Ra, Ra, Rasputin,
Russia’s greatest love machine,
he drank it all and said 'I feel fine'.

Ra, Ra, Rasputin,
lover of the Russian queen,
they didn’t quit, they wanted his head.
Ra, Ra, Rasputin,
Russia’s greatest love machine,
and so they shot him till he was dead.

Oh, those Russians...

Cierto hombre vivió
en Rusia hace largo tiempo,
él era grande y fuerte,
en sus ojos un resplandor llameante.
La mayoría de la gente lo miraba
con terror y con miedo,
pero para las chicas de Moscú
él era un querido encantador.

Él podía predicar la Biblia como un predicador
lleno de éxtasis y de fuego,
pero también era la clase de maestro
que las mujeres desearían.

Ra, Ra, Rasputin,
amante de la reina de Rusia,
allí era un personaje que realmente se fue.
Ra, Ra, Rasputin,
la máquina más grande de amor en Rusia,
era una vergüenza cómo él continuó.

Él dirigió la tierra rusa
y nunca le importó el zar,
sino el kasachok
que él bailaba realmente acompasado.
En todos los asuntos de estado
él era el hombre a complacer,
pero él era realmente fenomenal
cuando tenía una chica a la que exprimir.

Para la reina él no era una persona sin escrúpulos,
aunque ella había oído las cosas que él había hecho,
ella creía que él era un santo sanador
que curaría a su hijo.

Ra, Ra, Rasputin,
amante de la reina de Rusia,
allí era un personaje que realmente se fue.
Ra, Ra, Rasputin,
la máquina más grande de amor en Rusia,
era una vergüenza cómo él continuó.

Pero cuando por su bebida, su lujuria,
y su hambre de poder,
llegó a ser conocido por más y más personas,
las demandas para hacer algo
sobre este hombre escandaloso
sonaron más y más fuerte.

'¡Este hombre tiene que irse!'
declararon sus enemigos,
pero las damas suplicaron
'no intenten hacer eso, por favor'.
No hay duda de que este Rasputin
tenía muchos encantos ocultos,
aunque él era un bruto,
ellas caían en sus brazos.

Entonces una noche unos hombres de gran prestigio
le tendieron una trampa, ellos no son culpables,
'ven a visitarnos' le pidieron,
y él realmente fue.

Ra, Ra, Rasputin,
amante de la reina de Rusia,
ellos pusieron veneno en su copa de vino.
Ra, Ra, Rasputin,
la máquina más grande de amor en Rusia,
él lo bebió todo y dijo 'me siento bien'.

Ra, Ra, Rasputin,
amante de la reina de Rusia,
ellos no se iban, querían su cabeza.
Ra, Ra, Rasputin,
la máquina más grande de amor en Rusia,
y por eso le dispararon hasta que murió.

Oh, aquellos rusos...