Cecilia - Un ramito de violetas
Era feliz en su matrimonio,
aunque su marido era el mismo demonio.
Tenía el hombre un poco de mal genio,
y ella se quejaba de que nunca fue tierno.
Desde hace ya más de tres años,
recibe cartas de un extraño,
cartas llenas de poesía,
que le han devuelto la alegría.
Quién la escribía versos,
dime quién era,
quien la mandaba flores
por primavera,
y en cada 9 de noviembre,
como siempre sin tarjeta,
la mandaba un ramito de violetas.
A veces sueña, y se imagina,
cómo será aquel que tanto la estima,
sería un hombre mas bien de pelo cano,
sonrisa abierta y ternura en las manos.
No sabe quién sufre en silencio,
quién puede ser su amor secreto.
Y vive así de día en día,
con la ilusión de ser querida...
Quién la escribía versos,
dime quién era,
quien la mandaba flores
por primavera,
y en cada 9 de noviembre,
como siempre sin tarjeta,
la mandaba un ramito de violetas.
Y cada tarde al volver su esposo,
cansado del trabajo, la mira de reojo,
no dice nada, porque lo sabe todo,
sabe que es feliz, así de cualquier modo,
porque él es quien la escribe versos,
él su amante, su amor secreto,
y ella que no sabe nada,
mira a su marido, y luego calla...
Quién la escribía versos,
dime quién era,
quien la mandaba flores
por primavera,
y en cada 9 de noviembre,
como siempre sin tarjeta,
la mandaba un ramito de violetas...