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Las espías de Dios


Cierto día, me detuve para observar a las mujeres y sólo pude concluir una cosa: ¡ellas no son humanas! Son espías. Espías de Dios, disfrazadas entre nosotros.

Me detuve para reflexionar sobre su sexto sentido. ¿Alguien duda de que exista? Es como que ella sabía exactamente qué mujer, entre las presentes en una reunión, es aquélla que anda atrás de ti o con cuál anduviste hace tiempo.

Como cuando ella anticipa que alguien tiene algo contra ti, que alguien está intentando hacerte daño, o cuando tú quieres terminar la relación. Y sobre todo, saben muy bien cuándo mientes.

Cuando ella dice que va a hacer frío y te manda llevar un abrigo. Hay 30 grados de temperatura, estás a punto de salir al aeropuerto y no tomas en cuenta el consejo... ¿qué sucede? El avión no puede despegar porque hay mucho tráfico aéreo, la refrigeración cada vez se siente más fuerte, hasta que casi te congelas.

Te dice: «Lleva unos zapatos extra en la maleta, querido. Qué tal si se te mojan...» Si no quieres llevar unos extra, mi amigo, lleva dinero de sobra para comprarte otros zapatos. Pues sin duda los vas a necesitar...

El sexto sentido, no es un sentido. Es una comunicación directa con Dios.

Con ellas es mucho más fácil... Las mujeres están «diseñadas» para ser madres. Y preparan, literalmente, gente dentro de ellas. ¿Será que Dios confiaría tremenda responsabilidad a una simple mortal? Y no conformes con engendrar una vida, ellas insisten en enseñar a vivir la vida, de forma íntegra, ofreciendo amor incondicional y disponibilidad eterna.

Hablar de: «el amor de una mujer», «el amor de una madre». Todo eso es medio mágico... Tal vez ella tenga instalado un dispositivo como nuestro «ángel de la guarda».

Las mujeres lloran. ¿Es una fuga? ¿O es algo mucho más que eso? Los hombres también lloran, pero es un llanto diferente. Las lágrimas de las mujeres tienen un no sé qué, que cuando lloran transmiten algo de fragilidad, algo de amor, algo de divino, que tiene un efecto devastador sobre los hombres... Es llanto femenino. Es llanto de mujer...

¿Ya observaron cómo las mujeres hablan con los ojos? Ellas consiguen de una u otra forma cambiar de tema, con apenas una mirada. Ellas hacen un comentario sarcástico con sólo una mirada. Y señalan a una tercera persona, con sólo otra mirada. ¿Cuántos tipos de miradas existen? Ellas las conocen todas... ¡Parece que asisten a escuelas diferentes a las que asisten los hombres! Y es con una de esas millones de miradas que ellas hechizan a los hombres. ¡He-chi-zan!

¡Y aún hay más!

En lo que concierne a las profesiones: ¿Por qué se concentran más en las áreas de Humanidades? Para estudiar a los hombres, ¡claro! Ni el mismo Freud se arriesgó a adentrarse en esa área. Él, que estudió como pocos el comportamiento humano, dice que la mujer es «un continente oscuro». ¿Qué evidencia mayor que ésa? Es un amor que está cerca de Dios.

Al amar es igual, te llevan cerca del cielo, pues ellas son el amor mismo. Por eso dices: «estar en las nubes», cuando te sientes apasionado.

Es sabido que las mujeres relacionan el sexo con el amor. Y es precisamente ésa su misión, hacer comprender a los hombres que deben de tener una actitud más sensible y respetuosa con su propia vida, con su propio cuerpo...

¡Qué pena por el hombre que no reconoce a la mujer-ángel que tienen a su lado! Con todo ese amor de madre, esposa, amante y amiga que ellas tienen para dar.

Ellas son mujeres la mayor parte del tiempo. Mas ellas son ángeles después de hacer el amor. En ese momento en el que están encarnando al amor, ¡algunas hasta vuelan! Pero los hombres no se dan cuenta de eso. Porque son llevados a un estado de inconsciencia que los hace «dormir».