Amor y masoquismo
Aunque te parezca raro y hasta absurdo, verás que en muchas relaciones se da este curioso fenómeno: Una persona que quiere, y una persona que se deja querer.
Y no es que la segunda no tenga expresiones de afecto, sino que es la otra la que sostiene la relación.
Son relaciones enfermizas, casi siempre, alimentadas por el pesar y por vacíos de autoestima. Son relaciones disparejas en las que alguien hace el papel de bobo y el otro de vivo.
Claro que los afectados no aceptan esta realidad, porque les duele verse reflejados en algo tan contradictorio. Familiares y amigos difícilmente evitan que los afectados se estrellen. Ya muy tarde abren los ojos.
Al ver esto a diario, uno no acaba de entender por qué hay tantas personas masoquistas. Hipotecan la razón cuando se enamoran, confunden el amor con el pesar y sufren inmensamente en lugar de valorarse y ser felices.
Gonzalo Gallo González