Maestro
Maestro,
hoy te mando mi niño más pequeño.
Hoy te mando mi corazón al banco.
Te lo entrego,
en la poesía de sus primeros pasos,
en la cautela de sus primeros miedos.
Asombro en ala,
para que tú le enseñes el rostro de las letras,
y el milagro de luz de la palabra.
Libertad,
quiero que sea
su primera leyenda en el cuaderno.
Parecerá al comienzo un garabato,
él habrá de saber
embellecerla.
Después,
quiero que aprenda a pronunciar al hombre,
y a escribirlo.
Hombre y libertad,
hondura y vuelo,
la dimensión cabal de la existencia.
Tierra nueva y corazón de surco,
tú sembrarás en él el trazo recio,
y la sonora voz para el futuro.
Te lo envío, maestro,
a tu miel y a tu luz,
un hombre nuevo.
Raíz de ciencia,
su destino abre en ti,
muéstrale un mundo de verdad y comprensión, maestro.
La semilla del amor prende tan fácil
en la estación temprana de los juegos...
Matilde Alba Swann