No hace falta
Si eres mujer, chica joven o adolescente puedes tener hoy en tus manos la varita mágica que haga feliz a alguien.
No hace falta hacer nada extraordinario. Te bastará un apretón de manos sentido; te bastará una mirada limpia como el firmamento en primavera; te bastará sonreír a quien pase a tu lado; te bastará con dejar a un lado tu propio yo para sentir al otro; te bastará que lo que hagas hoy, lo hagas con gracia, con finura y con ese sentido sublime con que sabes hacer las cosas cuando te placen y te agradan.
De esta manera podrás hacer surgir en el corazón de la persona con quien hablas, el orden, la sublimidad de tu mundo femenino tal y como tú lo muestras; puede que hagas nacer en muchos corazones -sedientos de belleza- la admiración por la mujer que, como sabes, hay quien la mira como algo a desear indignamente y no como una preciosa criatura que Dios ha creado para compartir con el hombre la aventura de vivir la unidad, aunque sea en la imperfección.
Hoy puedes ser una música sinfónica que llegue a los oídos de alguien que nunca ha captado la melodía de la ternura de unas manos que saben acariciar.
O la alegría de unas mejillas suaves y tersas, como el agua de la ola saltarina que llega a besar la tierra...