Carta para un amigo
Amigo, espero que cuando recibas esta carta estés muy bien, que hayas alcanzado todas tus metas, y tu éxitos te hagan inmensamente dichoso. Te escribo para que no pienses que me he olvidado de ti; los amigos son como los buenos vinos, la amistad se saborea, se disfruta, lo que pasa es que a veces nos dejamos llevar por esta vida tan acelerada, y el tiempo es un verdugo y nos hace olvidar las cosas gratas que vivimos con los amigos.
La amistad se cultiva, se abona, con el tiempo cuando es auténtica se hace enorme, y sé que contamos con nuestros amigos-hermanos. Los amigos son robles fuertes y frondosos, y yo tengo muchas ramas para abrigar a quien estimo, a quien nunca olvido, y tú sabes que por siempre eres parte de mi existencia. Cuando necesites hablar; cuando necesites reír, aventurar, yo te acompañaré, y ambos caminaremos por el sendero de la vida, con nuestros miedos, tristezas y alegrías, pero sé que tú conmigo y yo contigo haremos grandes cosas.
Además, la amistad no consiste en apoyar a los amigos cuando tienen razón, sino cuando se equivocan. Pocas veces se dice te quiero, y discúlpame tal vez por no estar contigo en tus éxitos y en tus penas, pero para la amistad siempre hay tiempo.
La distancia y el tiempo no la daña, es más, la fortalece...
Amigo, abre la puerta, estoy afuera.