Como la flor
Fue cortada porque de todas era la más bella, celosamente le fue arrebatada a la abeja, también a la mariposa.
Se la puso en un pequeño florero de cristal cortado, lleno con agua muy limpia, ahí estuvo sobre la mesa de la entrada, rodeada de un mantelito blanco tejido a gancho con punto fino.
Era la atracción, no pasaba desapercibida, todo el que la veía la elogiaba, se admiraban ante su belleza y se acercaban para percibir mejor su delicado perfume.
¡Qué rosa más linda! ¡Parece artificial! ¡Qué lindo huele!...
Pero el viejo Cronos nunca detiene su interminable marcha, desde que fue cortada han pasado ya seis días; el florero quedó vacío, el agua un poco turbia, y en el fino mantel un pétalo semimarchito.
La belleza es tan efímera, nuestra vida es tan breve como una flor... Que nunca te envuelva la vanidad ni el halago, que no llegues al final con las manos vacías sin haber trabajado para la viña del Señor.
Gloria Leticia Sánchez García