Logo

Visitantes

Total: 1.413.400

Ahora: 2

Hoy: 40

Ayer: 95


2713 canciones, 2985 imágenes gráficas, 1645 midis y 1648 mensajes variados, 2427 fondos para Incredimail y Outlook...

Por el tema de los audios, recomiendo encarecidamente utilizar por orden de preferencia los siguientes navegadores: Firefox, Chrome, Microsoft Edge.

Para descargar el fichero "Ghetto_Gospel-2Pac" en tu PC, usa las propiedades del reproductor de audio situado a la izquierda.

Confesiones de un padre a su hijo


Hijo, no sé si es posible; no sé si a mi edad aún puedo
acortar esta distancia y sacudirme estos miedos...
Quiero cruzar este abismo que entre nosotros abrieron
la ignorancia y el machismo: ¡los padres de mi silencio!
Casi seguro es mejor que miremos un video
o escuchemos a tu ídolo, y a partir de allí, charlemos...
Pero me cuesta, no es fácil con los prejuicios que tengo:
si para vos yo «ya fui»... Si estoy «anclado en el tiempo»...
Si estoy viendo «otro canal»... Y de verdad «me estoy yendo»...

Para colmo, tu mamá siente ya remordimientos
al ver cómo te encerrás en tu cuarto, en tu silencio...
Y me pide y me machaca: «por favor, ¡háblale, viejo..!»
y me lo dice tu madre que conoce tus defectos;
que te quiere y te mezquina, y, entre gritos y reniegos,
te va modelando el alma casi, casi, sin saberlo...

¡Ella sí que se merece que le hagas un monumento..!
Por mi parte, y en mi caso, hijo mío, te confieso:
yo no creo en lo que dicen muchos padres, y más, viendo
este mundo de injusticias, de exclusión y privilegios,
de corrupción y violencia, como el que estamos viviendo...
Basta con ver y escuchar lo que difunden los medios,
y sabrás por qué no hay pan y sobran los armamentos;
y sabrás por qué el planeta gime, enfermo, sin remedios...
Y en vez de agrandar la mesa, ¡prohíben los nacimientos!

La tentación es real y es cosa de nuestro tiempo:
tirar todo por la borda... Querer empezar de cero...
Antes que ser un robot o un esclavo satisfecho,
no intervenir; sólo estar, o «hacer zapping» y... hasta luego.
Para mí, que ustedes, hijo, entre el ruido y el vértigo,
sin la experiencia y el tino que dan la vida y el tiempo,
pero libres de prejuicios, de ambición y falsos miedos,
se rebelan... nos cuestionan... Y están, no más, en lo cierto...

Ya ves, no es fácil la cosa; cuando más y más lo pienso,
menos me animo a exigirte las cosas que me exigieron...
Siento que más que tu padre, debo ser tu compañero,
confiar y esperar el día que en vos viene amaneciendo...
Y aunque te suene a teatro, sabe Dios, que yo, tu viejo,
quiero pedirte perdón por el amor que te adeudo;
quiero ofrecerte el cariño que te escondí tanto tiempo;
quiero decirte en voz alta: ¡te necesito! ¡te quiero!

Yo sé que vas a decirme: «¿recién ahora?» y es cierto;
pero yo quiero ayudarte: sin saberlo cómo, me ofrezco;
más vale tarde que nunca; te acompañaré aprendiendo,
que el diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo...

Hijo querido, mira: la vida viene a tu encuentro;
lárgate a vivir, proba; vas a aprender por tu cuero:
sabrás lo que es «un hogar» y lo que cuesta «el puchero»...
Vos, que sos inteligente, ¡ahórrate los sufrimientos...!
Agradécele a la vida haber nacido en el seno
de una familia criolla de alma y de brazos abiertos;
bella escuela de humanismo, de piedad y amor fraterno,
riqueza providencial que, a Dios gracias, aún tenemos.

Si podes, sácale el jugo al estudio y al colegio;
los que aprenden a pensar, tendrán un futuro cierto;
cada vez más en el mundo decide el conocimiento;
recuerda: que sólo es joven aquél que sigue aprendiendo...

Ya sé lo que muchos dicen de esto que te estoy diciendo:
«¿para qué tener un título si no hay trabajo, si es cuento
lo que te vende »la tele« del porvenir y el progreso?»
Ya sé, ¿pero quién te dijo que hay sólo «este modelo»?
Por suerte, en muchos lugares, hoy mismo está sucediendo,
en chico, bajo el rescoldo de la humildad y el silencio,
que la solidaridad es la brasita de un fuego
que está encendiendo la fiesta, muchacho, de un mundo nuevo.

Aunque en tus códigos rija la ley del menor esfuerzo
y la sociedad te ofrezca felicidad por sorteo,
sabrás que en la vida gana quien se juega y se da entero;
nunca el que arruga y se niega, sea por pereza o por miedo.
La religión del consumo le rinde culto al deseo,
antiguo dios de entre casa que te gobierna de adentro...

Tendrás que aprender a usar el cuerpo, el tiempo, el dinero,
si queres llegar a ser vos mismo tu propio dueño.
La relación de pareja a tu edad es como un juego,
ejercicio natural que lleva al humano encuentro
con la mujer compañera que ha de ser tu complemento;
los dos se vienen buscando, tal para cual... ¡qué misterio!

Ahora bien, quiero que sepas, que si te llega el momento,
tan único y tan común, de ser padre antes de tiempo:
no te asustes, no estás solo; habrá que aunar los esfuerzos
y jugarnos por la vida... Búscame, ¡que yo me juego...!

Y si de ayudar se trata, aquí te dejo estos versos
nacidos del corazón: no son gran cosa, están hechos
con un oído en la gente y otro en el evangelio;
pueden servirte en la crisis que trae el nuevo milenio...

Delante de vos se abren dos caminos, dos proyectos:
felicidad o desgracia; el servicio o el provecho;
compartir o amontonar; el Dios vivo o dioses muertos:
tendrás que elegir, muchacho: «servir a Dios o al dinero».

Pensando en ello, quisiera regalarte dos consejos;
si te sirven, ocúpalos; es lo que yo más deseo:
uno, pase lo que pase, a nada le tengas miedo;
y otro, sirve alegremente, como hizo siempre tu viejo.

Por todo esto, hijo mío, hijo del alma, hijo nuestro,
te pongo mi bendición como a mí me dio tu abuelo;
y te recuerdo que aún te sigo viendo en mis sueños...
No te olvides, por favor, tu madre y yo: ¡te queremos!

Padre Julián Zini