Dios siempre está contigo
Cuando el caminar parezca pedregoso y difícil, cuando las ofensas traten de herirte, cuando las palabras no salgan y no puedas hablar, cuando todos te condenen... Recuerda: Dios está contigo.
Cuando la inseguridad te agobie, cuando el dolor y la amargura te invadan, cuando parezca que te han abandonado, cuando la enfermedad se vuelva agresiva... Recuerda: Dios está contigo.
Cuando seas perseguido y humillado, cuando prediques la Palabra y creas que no la han recibido, cuando el caminar parezca doloroso... Recuerda: Dios está contigo.
Cuando hablen mal de ti, cuando te sientas débil, cuando te sientas solo, cuando digas: «no puedo más...» ¡Sí puedes, porque Dios está contigo!