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El buzón del cielo


Había una vez una niña a quien su abuelita se le murió. Era una niña muy pequeña, y no podía entender el porqué ya no podía visitar más a su abuelita. Siempre la extrañaba cuando hacían «gorditas», cuando cantaba canciones y bailaba en compañía de su abuelita. Además, extrañaba oír la historia de «La Llorona» y otros cuentos de miedo de México.

Pero lo que más extrañaba, era mandarle notas a escondidas. Así que le escribió una cartita y la depositó en el buzón. Al día siguiente, el cartero le regresó la cartita y le dijo: «Lo siento, pero no pude entregar la carta a tu abuelita». La niña le dio la carta a su maestra, pero ella dijo «Yo no sé dónde vive tu abuelita».

La niñita no sabía qué hacer, extrañaba muchísimo a su abuelita. Entonces fue con su hermosa mamá y le preguntó: «Mamita, extraño mucho a mi abuelita, ¿cómo podría mandarle una cartita?»

Su mamá le contestó: «Querida hijita, abuelita vive en el cielo y allí no hay buzones». La pequeña niña se puso muy triste y dijo: «¿Por qué no, mamita? Abuelita dijo que yo siempre le podría escribir». Su mamá le contestó muy triste: «No creo que lo entiendas». (Esa es la manera en que a veces las madres les hablan a sus niñas pequeñas).

La niñita era muy determinante -igual que su abuelita- y no le gustó la respuesta, así que dijo: «Yo misma voy a hacer un buzón para el cielo». La pequeñita se fue a su recámara y sacó todos sus juguetes. Entonces pintó la caja de los juguetes y la decoró con pintura mágica con ángeles, corazones y flores y otras cosas que le recordaban el cielo. La terminó con una hermosa cruz que su abuelita le había dado: así Dios dejaría pasar el correo al cielo.

La pequeña niña depositó la cartita en el buzón del cielo, pero la cartita se veía tan pequeña en la caja... Así que fue con su mamá y le preguntó: «Mamita, tú sabes que extraño mucho a mi abuelita. También te escucho llorar cuando estás sola, ¿por qué no le escribes a mi abuelita y mandas tu cartita por correo en mi buzón del cielo?». Su mamá escribió, solamente para tener a su hija contenta, pero cuando puso la carta en el buzón, se sintió mucho mejor. Entonces su mamá le platicó a sus amistades y aún a los extraños sobre este maravilloso buzón que su hija había hecho para su abuelita. Ahora los visitantes de todas partes del mundo mandan cartitas a todos esos seres queridos que están en el cielo.

Tú también puedes usar el buzón del cielo de la niñita. Solamente escribe una cartita para alguien que esté en el cielo. Tú podrías decirle «Te extraño», «Siento pena por ti», alguna cosa que se te haya olvidado, o simplemente una pequeña cartita que salga de tu corazón. Deposítala en el buzón, y cuando veas que alguien te sonríe... ¡sabrás que fue recibida en el cielo!

Ginette R. Rondeau y David Di Julio