No busques
No busques el éxito menospreciando a los demás.
No digas nunca palabras hirientes; hieren a los demás, pero más te hieren a ti mismo; sales tú más perjudicado y te rebajas.
No seas jactancioso; tienes cualidades, pero también las tienen los otros; tienes cosas que ellos no poseen, pero ellos quizás te aventajan en muchas otras cosas.
No pongas la cara larga, como pidiendo un poco de compasión; sé más bien alegre y muéstrate sonriente; es más agradable y hasta más bonito.
Entierra el hacha, envaina la espada, esconde el martillo; nadie se ha elevado menospreciando a los demás.
Elévate tú, pero sin rebajar a nadie; reconoce los méritos de los démas, sin negar los tuyos y sin enorgullecerte por lo que Dios te dio; al fin y al cabo todo mérito es nada más de Dios, que es la fuente de todo bien.