Nueve lunas
Te acuné nueve lunas, en mi vientre que ansiaba
tu carita soñada, te cuidé cual capullo
regando con mis ansias, tus raíces de nácar.
Y fui verso en Abril, cuando como un milagro
mi universo se abrió dando a luz tu llegada.
Se expandieron mis alas acunando entre ellas
tu carita de seda, tus manitas blancas,
y tus ojos de estrella, igual que mariposas
buscando mi mirada... ¡mi bebita amada!
Y pasaron los días, los meses y los años,
y hoy, que te has marchado lejos,
se me desgarra el alma, porque tu ausencia duele
como espina incrustada; tu cama está vacía,
quedaron tus recuerdos girando en nuestra casa.
¿A quien le daré hoy mi beso en la mañana?
¿Y aquél de buenas noches, que con amor te daba?
Ignoré que el tiempo, arrasa despiadado,
dejando nuestros nidos vacíos... desolados,
inundados de lágrimas…