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El encanto de la madurez


Cuántas mujeres nos aferramos a dar una imagen juvenil por no aceptar que cada etapa de la vida tiene su propio encanto. El secreto está en la aceptación y en la autovaloración, acompañadas de información adecuada para vivir con calidad.

A las mujeres, a partir de los cuarenta, las bromas les sobran respecto de las variaciones hormonales. Si en la adolescencia todo se le achaca a las hormonas, en la madurez ni se diga. Para muchas, la angustia por entrar a la etapa del climaterio y llegar a la menopausia es casi como un «mal irreversible». Sin embargo, como en todos los asuntos en los que no disponemos de información adecuada, suelen crearse muchos mitos.

Como sabes, la menopausia se presenta en las mujeres entre los 40 y los 45 años. Cuando disminuye la ovulación, baja también la producción de hormonas, estrógenos y progesterona, las cuales tienen una acción extraordinaria sobre cada una de las células de nuestro cuerpo.

Las mujeres en esta edad, enfrentan una serie de síntomas, tanto fisiológicos como psicológicos, así como un aumento en el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con esta condición, particularmente cardíacas y osteoporosis.

Durante muchos años, los médicos y ginecólogos dieron por hecho que las alteraciones en esta etapa eran «invento» de las mujeres, o que se trataba de altibajos emocionales más bien relacionados con la histeria, como la irritabilidad, la angustia y la depresión. Pero afortunadamente, años de investigación, un poquito de sensibilidad y buen tino médico, han demostrado que no se trata de síntomas que surjan de la nada, sino expresiones reales de un desequilibrio bioquímico ocasionado por la disminución hormonal.

La baja de estrógeno y progesterona es lo que dispara las alteraciones emocionales y físicas en diferente variación, según el organismo de cada mujer. Pero como no todos los cuerpos responden igual, los síntomas varían; por ejemplo, son desapercibidos en un 10% de las mujeres, de regular intensidad en un 80%, hasta francamente drásticos e incapacitantes en el restante 10%.

Es importante destacar que la menopausia de ninguna manera está asociada con la pérdida del atractivo y la sensualidad. Las mujeres maduras de esta época somos las más afortunadas de la historia, los tratamientos médicos y nutricionales de que disponemos en la actualidad evitan llegar al famoso y temido viejazo.

Ya no tenemos por qué permanecer ante el espejo para ver alejarse la juventud. Mujeres maduras erguidas, sexys, con senos firmes y piel húmeda, músculos fuertes, alegres y atractivas, son cuarentonas felices y productivas, que siguen los tratamientos modernos y naturales creados para aminorar el impacto de la baja producción de hormonas, y son ellas quienes están abriendo una nueva etapa de mujeres dueñas de sus cuerpos y sus vidas.

A continuación te presentamos algunos de los síntomas, para que identifiques si es que estás por entrar en esta etapa. Recuerda que pueden coincidir con características de otros padecimientos, así que la lista sólo debe servir como valoración previa para ir al ginecólogo.

-El primer síntoma en la gran mayoría de los casos es el despertar tras breves horas de sueño, entre 3 y 4 de la mañana, con pensamientos negativos y que te cueste trabajo volver a dormir.

-Alteraciones en el ciclo menstrual, las menstruaciones se adelantan, se hacen ciclos cortos o se alargan, aumenta la cantidad de sangrado, que muchas veces llega a ser hemorrágico o disminuye drásticamente.

-Dolores de cabeza.

-El bochorno, se manifiesta como un calor que comienza en la cabeza, se extiende al pecho y después a toda la parte superior del cuerpo, puede ir acompañado de sudoración, dolor de cabeza y palpitaciones.

-Pérdida en la calidad del hueso, recuerda que la osteoporosis es también llamada el asesino silencioso, pues no da señales, hasta que repentinamente aparece una fractura, reducción de estatura o bien, la aparición de la llamada «jorobita de viuda».

Recuerda que las hormonas femeninas actúan como fijadores de calcio en nuestros huesos, así como de 10 minerales más como el magnesio, fósforo, manganeso, zinc, etc. Mientras somos fértiles, estos elementos se producen por sí mismos a través de una sana alimentación y del ejercicio, pero al llegar la menopausia y disminuir drásticamente estos elementos en la sangre, los huesos empiezan a descalcificar, se hacen porosos, menos densos, y la columna se puede curvar.

Los lugares más frecuentes en que ocurren las fracturas son en los huesos de la pelvis, las muñecas y la cadera. La osteoporosis afecta entre 7 y 10 millones de mujeres.


Apoyo nutricional para esta etapa

El apoyo nutricional para mujeres en la menopausia debe enfocarse al alivio de los síntomas y a la prevención de enfermedades. Las estrategias para el tratamiento deben incluir formas naturales de apoyar el equilibrio hormonal, así como otras que disminuyan el riesgo de las enfermedades cardiovasculares y la osteoporosis. Estas metas se pueden alcanzar mediante buenas prácticas en el estilo de vida, la dieta, suplementos nutricionales específicos y hierbas. Algunos de los nutrientes y hierbas que pueden ser especialmente importantes para las mujeres en esta etapa son:

Vitamina B5 (ácido pantoténico): Apoya el metabolismo de las hormonas sexuales y del estrés vía síntesis de colesterol en el hígado, se involucra en la memoria y la función cerebral.

Vitamina B6 (piridoxina): Apoya las adrenales, también ayuda a eliminar los síntomas de inflamación y retención de agua.

Complejo B: Ayuda a reducir la fatiga asociada al estrés.

Vitamina C: Apoya las adrenales, el hígado y la función inmune, y ayuda a proteger contra el daño de los radicales libres, apoya la salud cardiovascular y ofrece beneficios protectores contra el cáncer.

Bioflavonoides: Apoya la integridad capilar, da apoyo antioxidante.

Vitamina E: Ayuda a aliviar los bochornos, apoya la salud cardiovascular.

Boro: Puede aumentar los niveles de hormonas sexuales y puede jugar un papel en el mantenimiento de la salud ósea.

Raíz de cohosh negro: Actúa como fitoestrógeno (estrógeno de origen vegetal).

Fruto de agnocasto: Actúa como fitoprostágeno (progesterona natural).

Raíz de valeriana y agripalma: Proveen un efecto tranquilizante, ayudan en el manejo del estrés.

Diente de león y ortiga: Apoyo para el sistema hepático (apoyo al hígado, muy importante porque en el hígado es donde se forman las hormonas).


Apoyo adicional

Alimentos de soya: ricos en fitoestrógenos, pueden ayudar a aminorar las molestias de la menopausia, pueden ayudar a dar protección contra enfermedades cardiovasculares, cáncer de seno y osteoporosis.

Semillas de linaza: Contienen niveles altos del fitoestrógeno lignano, fibras solubles, grasas indispensables y ácido alfa-linolénico, el cual participa como precursor de los ácidos grasos omega-3 y omega-6, que contribuyen a la salud cardiovascular y al control de los procesos inflamatorios.


Otras consideraciones sugeridas

Reduce el estrés, pues se asocia con un incremento en el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y con una respuesta inmune disminuida.

Reduce o elimina el uso de estimulantes como café y nicotina -se sabe que la cafeína y la nicotina afectan negativamente a la salud ósea, y que el tabaquismo es un factor de riesgo mayor para la enfermedad del corazón y el cáncer de pulmón.

Reduce o elimina el consumo de alcohol, pues en exceso puede afectar negativamente a la salud de los huesos.

Reduce la ingestión de grasas y proteínas animales, y sustitúyelas por proteína de soya.

Aumenta el consumo de fibra, que ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y el cáncer.


Lo más importante:

Nunca olvides que el cuerpo humano es como una máquina, si no se utiliza, si se tiene allí quieta, inactiva, sus piezas por su inmovilidad se atrofian y se dañan, procura siempre mantenerte activa en tu vida, ¿cómo?: trota, corre, camina a paso largo y fuerte una hora diaria, nada. El aeróbic y la gimnasia rítmica mantendrán tu cuerpo esbelto y tus músculos firmes, mientras que la vida sedentaria hace que el cuerpo acumule grasa y mantiene los músculos flácidos y llenos de celulitis, con una apariencia de vejez muy desagradable.

Martha Beatriz