La indiferencia
Cómo duele tu mirada en otros ojos...
cómo duele cuando no miras de frente,
cuando das vuelta la cara a mis reclamos,
cuando te apartas de mí... indiferente.
¡Cuánto lucho para rescatar mi alma!
para no seguir presa en este abismo...
porque devuelves a mi amor tus palabras
congeladas de frío y hasta muerte.
No exagero si te digo lo que siento...
pero espera... no será siempre igual...
Te lo prometo...
Trataré de sellar mis sentimientos,
que encuentren un camino verdadero...
y el silencio, cómplice de ti en estos momentos,
se hará mi amigo... en otros senderos.
Mi indiferencia no te llegará nunca...
será en cambio mi olvido permanente...
nacer de nuevo, para ser distinta,
para amar con todo... para estar latente...
Y la misma indiferencia que hoy me tienes,
será ganada por la sorpresiva imagen
de saber que no me duele ni tu ausencia,
aunque tenga que partir en muchos viajes.
No sé cuando será, ni de qué modo...
Pero duele y debo remediarlo...
El amor, sinónimo de vida,
me ayudará seguramente a curarlo.
Me despido de ti hoy nuevamente,
quizá hasta mañana o hasta un rato...
¡Cómo duele esta indiferencia...
de no saber si odias o amas tanto!