El sol brillando y yo ciego
Estas palabras me las comentó hace muchos años un cieguito en un parque de Los Ángeles, donde yo, como joven, me senté a pasar las horas del día sintiéndome muy triste y solo.
El cieguito, ya muy anciano, se entretenía en dar de comer a las palomas y entablamos conversación.
Le comenté hasta cierto punto algo de lo que estaba sintiendo y el ancianito me preguntó:
-¿Has visto lo lindo que brilla el sol?
Sin darme cuenta de que quien me hablaba no podía ver, le contesté:
- En realidad ni me había fijado.
El anciano me contestó:
-El sol brillando, y tú, ciego...
Han pasado muchos años de aquel encuentro, y muchos años para darme cuenta que muchas veces vamos por la vida «ciegos». Nos levantamos con el «problema» y caminamos todo el día con el «problema» y el sol y la vida brillando a nuestro alrededor y no lo vemos.
No permitas que pase tu día sin mirar aquello hermoso que te rodea. No pierdas ni un minuto más oscureciendo tu vida y la de otros a tu alrededor. Todos tenemos problemas, pero recuerda que éstos son nuestra oportunidad para aprender y crecer.