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Amores equivocados


Existen mujeres que cuando se enamoran sufren. «Sentir amor» para estas mujeres es fundamental para la vida. Se anulan a sí mismas, tienen permanente miedo al abandono, necesitan sentirse todo el tiempo «necesitadas» por el otro y se consideran la vía de «redención» de un varón por lo general desconsiderado, poco solidario, y hasta violento muchas veces. Su concepción del «Amor» pasa por un sentido de entrega casi «religiosa», de sacrificio; e incluye la duda permanente en un vínculo que plantea inseguridades e incertidumbres de modo permanente.

El amor de pareja tiene un solo patrón para su búsqueda en todas las personas: la historia del amor de la familia de origen. De allí y de nuestra relación con esa historia, todos aprendemos a buscar el amor. Situaciones no resueltas o no enfrentadas, en relación con sus familias de origen, han fundado en estas mujeres un sentido sacrificial del amor de pareja.

Acceder a esa historia permite dejar de repetir relaciones, siempre sintiendo que «este sí es el hombre de mi vida»... porque en general, estas mujeres suelen fundar estos vínculos con hombres que les aparecen como «hechos el uno para el otro». Estas mujeres necesitan enamorarse para reafirmar su autoestima a partir de carencias emocionales. Esta es una clave de estos amores equivocados. Así se encuentran con varones que buscan en el otro «el alimento» para sus propias carencias. Un «alimento» que tiene que cumplir la condición de no saciarlos nunca.

Ellas, si no están enamoradas «se sienten mal consigo mismas», necesitan del enamoramiento o del sufrimiento posterior para sentir un bienestar que termina manifestándose más temprano que tarde a modo de malestar... así de paradójico.

Según factores educacionales, culturales, etc., estas mujeres persistirán en el sufrimiento que les depara esta pareja, o irán en búsqueda de la próxima. Difícilmente reconocen que el tema está en ellas. «Se incapacitan» y necesitan del otro para sentirse completas, y para poder sobrevivir. Sienten que el otro «cambiará» gracias a la entrega que su amor siempre conlleva. Buscan hombres con diversas patologías, pero que en general están impedidos de un encuentro franco, pleno, con el otro, y especialmente con ellas.

Entre las mujeres que tienen este modo de amar, se encuentra más que entre otras, la idea de la maternidad como «instinto», como un modo irrenunciable de realización, y no como opción en la vida. Estas relaciones amorosas, concluyen cuando el dolor se torna intolerable, las repiten una y otra vez con la misma persona o con diferentes, o pueden llevarlas a la destrucción psíquica y/o física.

Revertir esta historia requiere del compromiso profundo y pleno de la mujer que la padece. Actitudes «ingenuas» o posicionarse en el lugar de «víctima de las circunstancias», sólo perpetúan el sufrimiento. Salir de él requiere de valentía, del abandono de deseos reivindicativos, de la asunción de la responsabilidad sobre la propia vida. Dejar de tenerse lástima es imprescindible para recrear un modo del amor que les permita ser más felices, o para esperarlo en plenitud.